martes, 26 de mayo de 2009

El Príncipe de la dulce pena (Part II)

De la luz soy el desterrado
tortuoso monólogo con la muerte
llanto fúnebre del alunado
lloro lascivia, lloro mi suerte.
Lascivia demente de sacrílegos besos
dulce amargura del paria caído.
Tu sangre es perfume, que una vez olido
hacen que ebrios recorran tu cuerpo
mis labios... De tu palidez presos
de tu juventud, heridos...
Mi cuerpo en mi ataúd te espera
hecho de tristeza, sexo y madera.
Tintado con la sangre de un río
de tu ado oscuro, de tu rincón sombrío.
Todavía mi tumba tiene
impregnado
el olor de tus útimos besos
todavía llora mi almohada
tu ausencia
porque te tiene tan lejos...
Que invoco tu nombre y aúllo a la luna
"soy la inmundicia, el que sólo te llena
soy, el que soy, tu príncipe...
el de la dulce pena".
Escucha mi jadeo que en tu cuello se aloja.
¿Luz o tinieblas? Que tu alma escoja...
"El cementerio de los versos perdidos"
Mago de Oz.

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