viernes, 2 de octubre de 2009

Miedo

Miedo de tí, y miedo de mí. No quiero quedarme, tampoco quiero alejarme. Miedo de él, miedo de todo. ¿Dónde puedo comprar un poco de certeza? ¿Dónde está plantado el árbol de la seguridad para coger una ramita?
Alma en vilo. Vacilación. Mujer cavilosa. Soy la tintineante llama de una vela que amenaza con extinguirse si apenas te atreves a respirar. La lluvia no me moja, el fuego no me quema. Fría piedra, puto cadaver con un corazón vivo. No respires siquiera pues podrías apagarme. Sí, nací en el río de los vulnerables. Dame aliento, dame vino y pan. Dame un trozo de tí, para componer mi yo. Mi yo raído y desvalído. Mi yo suplicante a punto de desertar. La que no tiene compañero ni compañera me persigue. Tú, soledad haces que mi alma se sobrecoja y en posición fetal trate de ocultarse de ti. Llorosa, indecisa, suplicante.
Acompáñame... huele a delirio, a alma negra. A suspicacia tratando de maquillar el sufrir. Huele a mí.

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